Inicio del balbuceo

“La forma en que los cuidadores hablan cuando responden al balbuceo del bebé tiene consecuencias inmediatas en el aprendizaje vocal”

Goldstein & Schwade, 2008

El balbuceo

Los bebés comienzan a balbucear a partir de los seis o siete meses, cuando son capaces de producir una vocal y combinarla con una consonante, generando sílabas, como hacemos los adultos. Este es un hito importante en el desarrollo del habla, por el cual se dejan atrás las producciones anteriores donde predominaban las vocales largas de diferentes calidades, así como la imprecisión de las primeras emisiones casi silábicas del quinto o sexto mes de vida. Ahora el bebé ya controla mejor la fonación y la articulación y puede producir sílabas combinando una vocal con una consonante nasal ([m, n]) o oclusiva ([p, t, k, b, d, g]). Puede producir sílabas aisladas, con una duración bien ajustada, pero a menudo las duplican para formar elementos como [mama], [dada] o [baba] e, incluso, cadenas silábicas más largas, del tipo [babababa].

Ese es el motivo por el que solemos identificar esos primeros balbuceos con las palabras “papa” o “mama”, pero no debemos olvidar que en ese momento esas producciones aún no tienen el significado que tendrán unos meses más tarde. Poco a poco, el repertorio de sonidos y las combinaciones ‘consonante + vocal’ se irá ampliando, pero el bebé aún no utiliza todos los sonidos que emplean los adultos, llegando algunos de ellos a aparecer mucho más tarde, como es el caso del sonido [ñ](en palabras tales como “araña”).

Las primeras sílabas son muy similares en todo el mundo

Este tipo de balbuceo silábico inicial que combina una consonante y una vocal se denomina “balbuceo canónico” y es característico del periodo que transcurre entre los 7 y los 10 meses. Durante esta primera etapa, no suele tener ninguna intencionalidad comunicativa ni sirve a los bebés para referirse a hechos u objetos del entorno, ya que todavía están desarrollando su capacidad para expresar intenciones. Al mismo tiempo, y de forma combinada con los movimientos rítmicos del balbuceo, los bebés empiezan a mover los brazos de manera repetitiva. Es decir, podemos afirmar que los bebés empiezan a realizar dos tipos de producción rítmica de manera coordinada y simultánea: con los brazos y los órganos articulatorios. Por lo tanto, ambos fenómenos están conectados.

Se ha descubierto que los primeros balbuceos son similares en muchas lenguas del mundo y que solo después de unos meses de practicar y oír hablar a su alrededor, más o menos cuando los bebés tienen diez meses de edad, se puede observar claramente la influencia de los sonidos de la lengua materna en el habla del bebé.

Percibir el habla de los adultos es fundamental para el desarrollo del balbuceo

Aunque los primeros balbuceos no reflejan las características de la lengua del entorno, los bebés comienzan a balbucear en la etapa en la que comienzan a distinguir los sonidos y las palabras de su lengua materna.

Este hecho nos indica que la aparición del balbuceo está muy relacionada con la percepción. Diversos estudios científicos nos indican que cuando los niños producen una sílaba canónica, por ejemplo [da], también prefieren oír palabras que contienen esta misma sílaba, como [dame].

En todo caso, como requisito previo para empezar a balbucear, los bebés necesitan, desde las primeras semanas de vida, oír cómo los adultos hablan en su entorno y, al mismo tiempo, oír también cómo les hablan directamente. Solo de esta manera pueden aprender a asociar los sonidos que oyen con los movimientos articulatorios del aparato fonador.

Por otro lado, los bebés que empiezan a producir balbuceos silábicos más tarde también empiezan a hablar más tarde. Esto nos indica que una etapa activa de balbuceo es imprescindible como paso previo para aprender a hablar.

Consejo

Los niños producen sonidos como “ba-ba-ba-ba”. ¿Qué estrategia pueden utilizar los adultos para dotar de significado a estos sonidos?

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