Primeras interacciones

“Las primeras habilidades lingüísticas en el niño se construyen sobre la base que proporciona la  comunicación prelingüística”.

Tomasello, Carpenter & Liszkowski, 2007

Primeras interacciones comunicativas

Llamamos primeras interacciones a las primeras formas de comunicación que se establecen entre adultos y bebés. El adulto, desde el inicio, se relaciona con el bebé estableciendo un especie de “diálogo” en el que aspectos como la mirada, el gesto, la sonrisa o las vocalizaciones son utilizadas como señales comunicativas, y que de forma inmediata son respondidas con otra señal comunicativa apropiada a la situación.

Estas respuestas contingentes de los adultos respecto a las señales comunicativas de los bebés favorecen el aumento de las sonrisas, las vocalizaciones y las miradas de estos.

Alrededor de los dos meses aparecen las primeras sonrisas

Los seres humanos venimos al mundo con una serie de habilidades perceptivas, motoras, cognitivas y sociales que nos predisponen a la comunicación. Así, cuando somos bebés preferimos la voz humana frente a otros sonidos del ambiente, así como también mostramos preferencia por los rostros humanos y tenemos una capacidad innata para la imitación social.

Asimismo, durante los dos primeros meses de vida, los bebés se muestran poco activos delante de las interacciones sociales. Sus formas de comunicación hasta el momento son muy rudimentarias, y se expresan mediante lloros, gemidos, sonidos vegetativos y algunos gestos faciales, bien sea motivados por la búsqueda de confort o por la disminución de la sensación de hambre. A pesar de que muestran cierto interés por los estímulos sociales, necesitan tiempo para desarrollar sus habilidades comunicativas. Alrededor de la sexta y la octava semana de vida, aparecen las primeras sonrisas y, con ellas, la capacidad de intercambiar emociones y interactuar durante más tiempo cara a cara con los adultos.

Las interacciones con los adultos sirven para aprender a compartir emociones y estructurar el comportamiento comunicativo

Los primeros intercambios afectivos entre adultos y bebés suelen darse cara a cara y sirven para organizar el comportamiento comunicativo del bebé en forma de diálogo. Entre el tercer y el sexto mes de vida, de manera gradual, los bebés van aumentando su expresividad y estructurando su comportamiento, respetando “los turnos de palabra” propuestos por los adultos. La consolidación de esta práctica propiciará que la participación de los bebés en los intercambios comunicativos resulte (ser) cada vez más activa: ampliando los movimientos que hacen con las manos (por ejemplo, como cuando quieren tocar y coger al adulto que interactúa con ellos), mejorando la coordinación de su mirada con la del adulto, realizando más vocalizaciones y gesticulaciones, y mostrando una sonrisa claramente indicativa de placer y bienestar.

En resumen, estas primeras interacciones sirven para aprender a compartir afecto y emociones con los demás. De esta manera, empiezan a construir relaciones comunicativas complejas con su entorno y a desarrollar una habilidad necesaria y esencial para el desarrollo del lenguaje, conocida como “atención conjunta”.

Consejo

Los adultos juegan un papel central en la construcción de las primeras interacciones comunicativas con los bebés. ¿De qué manera pueden favorecerlas?

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